domingo, 21 de noviembre de 2010

El pasado jueves disfrutamos con la visita de Pura López, que vino a presentarnos su último poemario, Alacena, editado por Carena. Sin hacer ruido, como quien sabe que el silencio es una buena posición para obervar el mundo, la autora se deslizó por sus palabras de memoria llenas. Nos regaló unos minutos de ella, escogiendo fotogramas oportunos de su vida, esos que se apilan en la trastienda del recuerdo, agazapados unos, desterrados otros, esperando salir. Las imágenes que se doran con los años son las que más se disfrutan, porque salen cuando éstas no contaban con ello y arremeten contra el folio en blanco con más fuerza, con mayor certeza de su existencia. Pura López no ha tenido prisa en compartir sus pequeñas historias. Quien gobierna su tiempo ya tiene algo que contar.

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